
Lost Memories I
Los recuerdos dan forma a quienes somos. Construyen nuestras biografías internas, las pequeñas y grandes historias que nos contamos a nosotros mismos y a otros sobre como son nuestras vidas o lo que hemos hecho con ellas. Los recuerdos nos hablan de las conexiones que forjamos con otros o con los objetos que nos rodean, quienes nos han conmovido o a quienes hemos conmovido. A través de las personas o cosas impregnadas de recuerdos, aprendemos a amar de nuevo o olvidar de nuevo. Los recuerdos son la llave que abre la puerta a nuestro pasado, presente y futuro. Alrededor de 75 mil personas perdieron todos sus recuerdos en la noche del 29 de octubre del 2024 cuando la inundación mas catastrófica registrada en la comunidad valenciana con 230 muertos y más de 80 ciudades afectadas, se llevó absolutamente todo lo que tenían en apenas unas horas. Como fotógrafo valenciano viví de primera mano la tragedia cuando me ofrecí para ayudar a mi amigo Pau a limpiar y vaciar lo que quedaba de su casa en Paiporta, la llamada zona cero de la catástrofe. El 30 de octubre sobre las 10 de la mañana me dirigía a su casa, lo que presencié fue un infierno de fango, casas completamente destruidas, pilas de coches unos encima de otros que hacían imposible transitar por carreteras y calles, gente llorando deambulando de un lado a otro, otros inmóviles con la mirada perdida, jóvenes voluntarios ayudando, un olor nauseabundo que todo lo envolvía. Fui testigo del desgarrador trabajo que cada uno de los vecinos llevaba a cabo cuando vaciaban por completo las que habían sido sus casas, amontonando en las calles todas su pertenencias, grandes y pequeñas, desde sillones o neveras inservibles hasta ropa , zapatos, álbumes de fotos familiares, cuadros, pelotas de niño, trofeos, muñecas...todo lo que había formado parte de sus vidas, su pertenencias más intimas, en apenas unas horas se habían convertido en basura. Montañas de recuerdos embarrados colapsaban las calles de Paiporta. Teresa vecina de mi amigo se aferraba a mi brazo y murmurando me decía: lo he perdido todo menos la vida. Ese todo era lo que yo quería retratar, para que Teresa y otros muchos como ella quedaran para siempre inmortalizados a través de sus recuerdos perdidos.
Lost Memories I
Los recuerdos dan forma a quienes somos. Construyen nuestras biografías internas, las pequeñas y grandes historias que nos contamos a nosotros mismos y a otros sobre como son nuestras vidas o lo que hemos hecho con ellas. Los recuerdos nos hablan de las conexiones que forjamos con otros o con los objetos que nos rodean, quienes nos han conmovido o a quienes hemos conmovido. A través de las personas o cosas impregnadas de recuerdos, aprendemos a amar de nuevo o olvidar de nuevo. Los recuerdos son la llave que abre la puerta a nuestro pasado, presente y futuro. Alrededor de 75 mil personas perdieron todos sus recuerdos en la noche del 29 de octubre del 2024 cuando la inundación mas catastrófica registrada en la comunidad valenciana con 230 muertos y más de 80 ciudades afectadas, se llevó absolutamente todo lo que tenían en apenas unas horas. Como fotógrafo valenciano viví de primera mano la tragedia cuando me ofrecí para ayudar a mi amigo Pau a limpiar y vaciar lo que quedaba de su casa en Paiporta, la llamada zona cero de la catástrofe. El 30 de octubre sobre las 10 de la mañana me dirigía a su casa, lo que presencié fue un infierno de fango, casas completamente destruidas, pilas de coches unos encima de otros que hacían imposible transitar por carreteras y calles, gente llorando deambulando de un lado a otro, otros inmóviles con la mirada perdida, jóvenes voluntarios ayudando, un olor nauseabundo que todo lo envolvía. Fui testigo del desgarrador trabajo que cada uno de los vecinos llevaba a cabo cuando vaciaban por completo las que habían sido sus casas, amontonando en las calles todas su pertenencias, grandes y pequeñas, desde sillones o neveras inservibles hasta ropa , zapatos, álbumes de fotos familiares, cuadros, pelotas de niño, trofeos, muñecas...todo lo que había formado parte de sus vidas, su pertenencias más intimas, en apenas unas horas se habían convertido en basura. Montañas de recuerdos embarrados colapsaban las calles de Paiporta. Teresa vecina de mi amigo se aferraba a mi brazo y murmurando me decía: lo he perdido todo menos la vida. Ese todo era lo que yo quería retratar, para que Teresa y otros muchos como ella quedaran para siempre inmortalizados a través de sus recuerdos perdidos.